No sólo las asociaciones contra el cáncer de piel o la anorexia se llevan las manos a la cabeza con el grado de «irrealidad» de los modelos en las campañas publicitarias. En Hamburgo, un artista decidió insertar la barra de herramientas de «Photoshop» en una promoción de trajes de baño.
Después del abuso del retoque digital de fotos para estilizar la figura de las modelos en las campañas publicitarias, o de «limpiar» de impurezas su piel hasta rozar la perfección, una campaña de una cadena internacional de tiendas de ropa sembró la pasada semana la polémica con un catálogo de fotos playeras con jóvenes bronceadas por el «Photoshop».
Tras las críticas de la asociación sueca contra el cáncer por haber coloreado demasiado la piel de las modelos, la compañía ha tenido que salir al paso pidiendo disculpas. La asociación pretende que este tipo de campañas no fomente que las mujeres tomen este tono de piel como referencia. «Lo sentimos si hemos herido a alguien con nuestra última campaña de verano. No era nuestra intención el enseñar un ideal específico de belleza o el animar a nadie a hacer algo peligroso. Nuestra intención era lucir la nueva colección de baño», ha afirmado la firma de ropa.
Pero las acertadas disculpas del anunciante no han sido suficientes en la ciudad alemana de Hamburgo. Allí, un artista callejero ha plasmado su propia protesta sobre los carteles en los que aparece una bronceadísima Isabeli Fontana. Junto a su imagen con un bikini rosa, el artista ha superpuesto la clásica barra de herramientas de «Photoshop», uno de los programas de edición de imágenes más populares del mundo. Su particular protesta ha conseguido calar en las redes sociales con más éxito que el de la malparada campaña.
Ideal de belleza irreal
No se trata de la primera vez que la modificación de las imágenes publicitarias está en el disparadero. Las técnicas de retoque fotográfico son una práctica habitual para «maquillar» digitalmente los anuncios. En el caso de los cosméticos, en Reino Unido la ASA («Advertising Standards Authority») solicitó el pasado año que todos los anuncios de cosméticos presentaran una prueba de la cantidad de retoques hechos con el fin mantener un grado de honestidad en la publicidad.
La actriz de Titanic, Kate Winslet, es una de las principales celebridades que se oponen a estos nuevos cánones. Ha asegurado que no le gusta ni la cirugía estética ni el retoque de su cuerpo por medios externos. «Soy actriz, ¿por qué querría congelar mi rostro o que me retoquen? Nunca me voy a dar por vencida, va en contra de mis convicciones, de la forma en que me criaron y de lo que considero la belleza natural», dijo.
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