Internacional Añada comentarios. Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 16 de octubre de 2012.
Este artículo muestra la falta
de objetividad de los mayores medios de información españoles en su
cobertura de la realidad existente en Latinoamérica en general y en
Venezuela en particular. El artículo señala también el daño que tal
manipulación de la realidad está significando para España.
Mark Weisbrot, uno de los analistas
de la realidad internacional más conocidos y respetados en EEUU, acaba
de escribir un artículo sobre Venezuela y sobre América Latina en el
International Herald Tribune (10.10.12) que, como era de esperar, ha
pasado desapercibido en los mayores medios de información españoles. En
realidad, más que pasar desapercibido, ha sido ignorado porque los datos
y la exposición de la realidad de aquel continente que presenta
Weisbrot muestran los errores, manipulaciones y falta de objetividad que
existen en los mayores medios de comunicación de España en sus
reportajes sobre América Latina. En realidad, la práctica periodística
de tales medios, en su cobertura de aquel continente, responde más al
terreno de la propaganda política que al de la información equilibrada
que intenta ser objetiva.
Según esta visión propagandística,
Venezuela es una dictadura dirigida por el dictador Hugo Chávez que ha
terminado con las libertades en aquel país. A esto se añade también que
sus políticas han arruinado su economía. Esta interpretación de la
realidad de Venezuela se repite constantemente en la mayoría de los
medios españoles, tanto públicos como privados, y tanto escritos como
orales. Raramente en tales medios se cita el nombre del Presidente de
Venezuela, el Sr. Hugo Chávez, sin anteponerle el calificativo de
“dictador”.
Ocultados por esta avalancha
propagandística, hay algunos hechos elementales de fácil verificación. Y
uno de ellos, como ha señalado Mark Weisbrot, es que la afirmación de
que la libertad de prensa ya no existe o está limitada en Venezuela, o
que las fuerzas opositoras encuentran dificultades para expresar su
crítica al gobierno, carece de credibilidad. A la luz de los hechos,
tales acusaciones no son sostenibles. Según la compañía Nielsen Media
Research International (una de las compañías, basada en EEUU, de mayor
experiencia en el análisis de los medios de información, tanto de EEUU
como del mundo) la gran mayoría de canales de televisión en Venezuela
son privados, pertenecientes a empresas mediáticas que expresan gran
hostilidad hacia el gobierno Chávez. En realidad, la televisión pública
-instrumentalizada por el gobierno venezolano- cubre sólo el 5,9% de la
audiencia venezolana. Un tanto igual ocurre en la prensa escrita, en la
que la mayoría de rotativos, incluyendo los que tienen mayor difusión,
como El Nacional, El Universal y otros, son privados, pertenecientes a
grupos económicos nacionales e internacionales. Todos ellos son
claramente hostiles al gobierno Chávez. Algo semejante ocurre con la
radio, donde sólo el 14% es de propiedad pública. La gran mayoría es
privada, y es también contraria al gobierno. La oposición controla pues
la gran mayoría de medios de información de Venezuela. No es cierto, por
lo tanto, que haya falta de fórums para los partidos o movimientos
sociales que se oponen al gobierno Chávez. Antes al contrario, los datos
muestran que el dominio de los medios está en manos de la oposición.
En realidad, la concentración de los
medios y de su propiedad es un fenómeno alarmante para la democracia
venezolana (y para la española). Y es previsible que cualquier intento
de diversificar la oferta mediática (controlada hoy por grupos
económicos) por parte de las autoridades públicas para asegurar una
mayor diversidad, genere resistencia sustentada bajo la premisa de
defender la “libertad de prensa”. Esto es lo que está ocurriendo en la
mayoría de países de América Latina con gobiernos progresistas. En todos
ellos hay un conflicto con los conglomerados mediáticos. Mientras, hay
que señalar que hay más medios de información venezolanos que critican
al jefe del Estado en Venezuela que medios de información españoles que
critiquen al jefe del Estado en España. Y hay muchísimos más medios de
derecha en Venezuela que medios de izquierda en España. En realidad, en
España, con la desaparición del diario escrito Público, no hay ni un
rotativo de izquierdas. ¿Dónde hay, pues, más “libertad de prensa”?
La falta de diversidad de los medios españoles y sus consecuencias
Es precisamente la limitada libertad de
prensa en España lo que explica que la visión de América Latina entre la
población española sea tan sesgada. Los medios españoles,
instrumentalizados los privados por grupos económicos y los públicos por
los partidos gobernantes, proyectaron sus deseos al informar que el
Presidente Chávez perdería las elecciones. En realidad, todas las
encuestas fiables mostraban que Chávez ganaría por amplia mayoría, como
así fue (ver David Rosnick Adjusting for Polling Biases in Venezuela’s
2012 Presidential Election. Octubre 2012), en unas elecciones limpias,
tal como reconoció el candidato opositor. La victoria del candidato
Chávez fue contundente (55% versus el 44,2% para su adversario, con un
81% de participación electoral), en uno de los sistemas electorales más
democráticos de América Latina. Como ha indicado el Centro del ex
presidente Carter de EEUU (que evalúa y supervisa las elecciones en
varias partes del mundo), las elecciones en Venezuela han sido limpias y
reflejan justamente el sentir popular. Cito directamente del informe
del Centro Carter: “Aunque algunos criticarán los resultados que dieron a
Chávez la victoria, nuestra observación nos permite concluir, sin lugar
a dudas, que Chávez venció las elecciones justamente y sin artimañas.
En realidad de todas las elecciones que hemos supervisado, las
elecciones venezolanas son las mejores del mundo. Los venezolanos tienen
un excelente sistema electoral…” (citado en Keane Bhatt, “A Hall of
Shame for Venezuelan Elections Coverage. North American Congress in
Latin America News Analysis”).
¿Qué ocurre en Venezuela?
La popularidad del Presidente Chávez se
debe a que dio prioridad en sus políticas públicas a atender las
necesidades de las clases populares, con especial atención a los
sectores más vulnerables. Según el Gabinete de Estudios de América
Latina del Center for Economic and Policy Research (CEPR), la pobreza en
aquel país ha descendido durante el mandato de Chávez un 50% (y la
pobreza extrema un 70%), un hecho único en América Latina. Tales datos
han sido también documentados por la conocida publicación del mundo
empresarial de EEUU, la Bloomberg BusinessWeek, que en un informe sobre
Latinoamérica concluye: “Bajo Chávez, la pobreza pasó de representar el
50% de la población cuando ganó sus primeras elecciones, a un 31,6% en
2011. Y la pobreza extrema pasó de un 20% a un 8,5% durante el mismo
periodo. Venezuela tiene el nivel de desigualdades más bajo de América
Latina y el Caribe, según las Naciones Unidas” (07.10.12). (Es
importante señalar, por cierto, que debido a la protesta de varios
empresarios estadounidenses, tal conclusión fue eliminada del informe,
tras haberse ya publicado).
Sin lugar a dudas, el gobierno Chávez ha
sido uno de los que ha tenido mayor sensibilidad social en América
Latina. Además de la notable disminución de la pobreza, ha llevado a
cabo campañas de alfabetización y escolarización masivas, que han
doblado su cobertura durante el mismo periodo antes citado,
cuadriplicando, además, la cobertura del sistema de pensiones públicas.
Semejante expansión ha ocurrido con el sistema público sanitario,
alcanzando a sectores de la población que no habían visto un médico en
su vida. Y ha priorizado últimamente un programa sumamente popular, el
de construcción masiva de vivienda pública. Todos estos hechos explican
su popularidad.
Y este desarrollo social se ha realizado
junto con unas políticas económicas que han activado el crecimiento. Un
dato resume el éxito de sus políticas económicas. Desde el año 1980
hasta 1998, periodo durante el cual los gobiernos de Venezuela aplicaron
políticas de claro corte neoliberal, el PIB per capita cayó un 14%.
Desde 2004, cuando el Presidente Chávez tomó el control de la producción
de petróleo en su país, el PIB per capita ha crecido un 2,5% cada año
en promedio. Como bien subraya Mark Weisbrott, el supuesto “colapso de
la economía venezolana” ha sido una de las predicciones más frecuentes
en los medios de información españoles hostiles al gobierno Chávez. En
realidad, las tasas de crecimiento económico de Venezuela (4,2% del PIB
en 2011 y 5,6% en 2012) han sido mucho mayores que las españolas (Un
caso abusivo de desinformación sobre América Latina y sobre Venezuela
son los artículos de Moisés Naím en El País, que ha estado prediciendo
el colapso de la economía venezolana año tras año. Tal rotativo no ha
informado de que dicho columnista fue miembro del gobierno venezolano y
del Banco Central Venezolano que aplicó las políticas económicas y
financieras neoliberales responsables del descenso de la capacidad
adquisitiva de las clases populares de aquel país, tal como he citado
anteriormente, y que el gobierno Chávez ha revertido).
El daño que hace la falta de pluralidad de los medios en España
La falta de diversidad mediática es uno
de los mayores problemas que tiene la democracia española. Su cobertura
de la realidad de América Latina en general y de Venezuela en particular
es sesgada en extremo, alcanzando niveles bochornosos. Lo que hace no
es informar, sino hacer propaganda profundamente conservadora, hostil
hacia los partidos y movimientos progresistas, y en defensa a ultranza
del neoliberalismo económico, cuya aplicación en Latinoamérica en los
años noventa condujo a uno de los periodos en la historia reciente de
aquel continente con mayor ineficiencia económica, mayor crecimiento de
las desigualdades y mayor pobreza. Tal ideología está bien representada
por los escritos de Mario Vargas Llosa, el premio Nobel de Literatura,
que escribe habitualmente en El País, y que parece configurar la
interpretación que tal rotativo presenta sobre aquel continente. Es la
opinión de la ultraderecha neoliberal, que en EEUU representa el Tea
Party, y que en España representa la que fue hasta hace poco Presidenta
de la Comunidad de Madrid, la Sra. Esperanza Aguirre, de la cual Mario
Vargas Llosa es profundo admirador, habiendo incluso indicado que si la
Sra. Aguirre fuera la que gobernara en España (la pesadilla de millones
de españoles), España no estaría en la crisis en la que se encuentra.
Ésta es la versión de la realidad, tanto de España como de América
Latina, que se presenta en la mayoría de los medios de mayor difusión, a
los que se atribuye una objetividad y equilibrio inexistentes en sus
reportajes.
Ni que decir tiene que la crítica al
gobierno Chávez es necesaria en las áreas en las que aquel gobierno es
mejorable. El excesivo presidencialismo es una de ellas. Pero la misma
prensa que critica a Chávez por ello, permanece silenciosa en relación
al abusivo presidencialismo de los sucesivos gobiernos españoles. Algo
parecido ocurre con la violencia en Venezuela, presentada errónea y
maliciosamente como el país con mayor cantidad de homicidios de América
Latina. Tal violencia, común en muchos países de América Latina, es
denunciable. Pero los medios súper críticos con el gobierno Chávez han
permanecido en un silencio ensordecedor frente a la enorme violencia de
Honduras, el país más violento de América Latina, con el agravante de
que gran parte de tal violencia es política (lo cual no es el caso de
Venezuela, cuya violencia es por delitos comunes), como consecuencia de
una brutal represión por parte del gobierno hondureño, cuyo partido
pertenece, por cierto, a la misma Internacional Liberal que el partido
gobernante en Catalunya, Convergencia Democrática, sin que este partido
catalán haya protestado por tal represión.
Otro silencio ensordecedor
aparece en la crítica de la alianza del gobierno Chávez con el sistema
dictatorial de Irán. No tengo ninguna simpatía por tal régimen. Antes al
contrario. Pero la política (que considero desacertada) de que el
adversario de tu adversario es tu amigo, lleva a unas alianzas en la
¬¬¬¬¬¬¬¬¬geopolítica que determinan unos apoyos frecuentemente
cuestionables. La crítica a esta alianza Venezuela-Irán por parte de los
citados medios pierde credibilidad, sin embargo, cuando se compara con
su silencio respecto a las alianzas tanto de EEUU como de la Unión
Europea con el Estado de Israel, a pesar de los horrores y brutalidades
documentadas que se están realizando en contra del pueblo palestino por
parte de aquel Estado.
Los costes para España de tener tales medios de información y persuasión
El comportamiento tan sesgado de los
medios españoles sobre Venezuela y sobre América Latina está
perjudicando enormemente a la comprensión de lo que ocurre en aquel
continente. Tales medios intentan dividir los gobiernos entre buenos
(Lula) y malos (Chávez) creando divisiones falsas que no ayudan a
entender lo que ocurre. En realidad, Lula apoyó a Chávez, indicando que
“una victoria de Chávez será una victoria no sólo para el pueblo de
Venezuela, sino también una victoria para todos los pueblos de
Latinoamérica”. Hoy, al periodo neoliberal de los años ochenta y noventa
le ha sucedido uno con una larga lista de gobiernos de izquierda que
intentan transformar profundamente sus sociedades a partir de procesos
democráticos que exigen un cambio muy notable de las relaciones de poder
controladas por grupos económicos y mediáticos que se resisten a tales
cambios. Todos estos gobiernos (Rafael Correa en Ecuador, Luiz Inácio
Lula da Silva y ahora Dilma Rousseff en Brasil, Evo Morales en Bolivia,
José Mújica en Uruguay, Cristina Fernández en Argentina, y otros) están
intentando democratizar sus sociedades, lo que implica un
cuestionamiento de la monopolización de la información en los medios, lo
cual explica su “mala prensa”. El día que España tenga un gobierno que
sea de izquierdas e intente semejante democratización, veremos también
su “demonización”.
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