Ataque al World
Trade Center
Incendios en Altura Uno de los secretos mejor guardados por los servicios de emergencia de los Estados Unidos de América es que ellos no pueden extinguir un incendio de 20 mil pies cuadrados en rascacielos. Con mangueras de 2 1/2" con boquillas de un tip de 1 1/4 " de diámetro solo se puede esperar una descarga de 300 galones de agua manejado por un pequeño equipo de dos hombres. El equipo estándar de trabajo en estas condiciones de incendio estructural interior y por lo mismo se puede aspirar a controlar áreas de 2,500 pies cuadrado como máximo. Esta operación obliga a tomar maniobras defensivas desde las escaleras interiores, no olvidemos que los carros escalas nunca accederán a un piso 86. Esta operación es sumamente complicada y se necesita cerca de medio centenar de bomberos en los primeros minutos para asegurar las vías de escape interior. Nuevamente se debe asegurar métodos de protección activa y pasiva para que jueguen un rol preponderante. Redes de agua, rociadores, detectores y extintores manuales son indispensables. Pero lo que ocurrió el 11 de septiembre cambia todos los paradigmas estratégicos. El segundo problema importante es que los marcos de acero estructural de los edificios de gran altura bloquean las comunicaciones. Las pruebas que se habían realizado anteriormente en el mismo World Trade Center revelaron que solo se puede transmitir con radios del cuerpo de bomberos hasta el piso 65. Felizmente esto fue descubierto y se ordenó colocar antenas especiales en todos los pisos para que las radios puedan asegurarse una comunicación fluida con el Puesto Comando del Incidente. El primer ataque al World Trade Center del 26 de febrero de 1993 dejó claro que las radios no solo no transmitían sino que además no existían métodos para comunicar acciones a los ocupantes. Estos sistemas fueron implementados paulatinamente aunque no hay registros que hayan podido seguir operando luego del impacto de los aviones secuestrados. Historia de colisión de aeronaves Era claro que los bomberos acudieron a operar en un escenario en donde había colisionado un aeroplano y no a un escenario terrorista. La experiencia del bombardero B-25 que se estrelló en una nublada mañana del 28 de julio de 1945 contra el Empire State Building debió estar presente en la colectividad bomberil. Sabían que sería una mañana intensa de labor, pero jamás anticiparon que era el inicio de una escalada terrorista que tendría propósitos militares que arrastraría a su nación a una nueva guerra. El Departamento de Bomberos de Nueva York sabía que había sido afortunado en el pasado a pesar de las múltiples contrariedades logísticas que habían enfrentado y las fallas que ya habían experimentado, como los problemas en los sistemas de elevadores. |
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8: 45 AM, Hora local Se produce la primera colisión de un Boeing 767, un vuelo comercial de American Airlines que viajaba desde Boston hacia Nueva York. El impacto es contra la denominada Torre Norte y se produjo sobre el piso 67 y como señalaría el profesor Paramasivam Jayachandran de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Wisconsin los edificios tenían una oscilación natural causada por el viento a una frecuencia de 0.0909 Hertz de ninguna manera podrían resistir el impacto de un jet sin comprometer el futuro del edificio. En este momento la ciudad despachaba su quinta alarma y se estaba generando el mayor apremio visto en la historia de Nueva York. 8:56 AM, Hora local La ciudad es protegida por 18 equipos de rescate y un total de 110,000 bomberos. El Servicio de Bomberos esta concentrado en ayudar a evacuar la Torre Norte, ignoran que otro avión se aproxima raudamente. 9:00 AM, Hora local No esta claro que acciones ordenó el Jefe Gancy en referencia a la Torre Sur, información contradictoria dice que un equipo de bomberos fue a coordinar y evaluar si el fuego podía afectar al edificio por convección, radiación e intentar calmar a los desesperados habitantes de la Torre Norte cuando el segundo avión, un Boeing 757 de United Airlines enfiló directamente contra la segunda y se destruía cerca del piso 52. |
Impacto del Boeing 767 en la Torre Sur. Empieza a quedar claro que se trata de un hecho maléfico y no un accidente La desesperación llega a los ocupantes de las Torres. Algunos se lanzarán al vacio. Los que aguardan con fé a los equipos de rescate no intuyen que sus vidas estan condenadas a correr similar suerte |
9:05 AM, Hora
local El colapso sin embargo no era evidente. Los batallones uno, dos, cinco, seis, siete, nueve, once, doce, cuarenta y ocho, cuarenta y nueve, cincuenta, además del cincuenta y siete, así como el Jefe de Batallón John Fanning al mando de la unidad especial para Operaciones con Materiales Peligrosos se encontraban involucrados en el lugar. Más alarmas estaban dándose y amenazas de bomba en diferentes lugares de la ciudad comenzaron a difundirse. Es curioso, pero estas acciones terroristas quizás salvaron la vida de algunos bomberos, dado que esta sola alerta no permitía congregar bomberos y algunos fueron despachados a gran distancia. Ellos luego tendrían la misión de colaborar en las posteriores tareas de recuperación. El servicio de incendios en Manhattan incluye 44 compañía y treinta y dos escaleras. Comparación con el atentado bomba En el atentado de 1993 solo perdieron la vida 6 personas y resultaron heridos 1,042 personas, de ellos solo 15 requirieron asistencia por heridas traumáticas. Cerca de veinte sufrieron problemas cardiacos asociados a tensión nerviosa y crisis emocional. Mas de 30 mujeres embarazadas debieron ser evacuadas y 88 bomberos resultaron con heridas, de los cuales solo un bombero requirió hospitalización. La evacuación fue casi espontánea y fue de 25 mil personas por cada Torre. Esa misma cantidad de personas pudo haber requerido ser evacuada en esta ocasión. La principal diferencia radica en el número de llamadas a la central 911, se cree que superó las cinco mil llamadas solo en las primeras horas. En aquella ocasión trabajaron 60 compañías de escala y 84 maquinas, 28 Jefes de Batallón, nueve Delegados de Jefe y cinco compañías de rescate. Un total del 45% del Departamento de Bomberos de Nueva York debió trabajar en la escena durante 28 días. En comparación esta vez se estima que los bomberos iniciaron el retiro antes de los 30 días, en su mayoría por no tener esperanzas de encontrar vidas, aunque casi a un mes del atentado los fuegos persisten en la enmarañada mole, en especial en el sótano de seis niveles. Bomberos de diversos estados de la costa Este han acudido, inclusive Canadá embarcó un lote especial de perros de búsqueda y rescate, de los cuales se han empleado cerca de 200 en turnos de 7 AM a 7 PM |
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10:05 AM, Hora local La Torre Sur del World Trade Center, la segunda que recibió el impacto, se derrumba. El Puesto Comando del Incidente resulta ileso. Hacia unos pocos minutos el alcalde de la ciudad Rudolf Guiliani había estado conversando con el Jefe del Departamento de Bomberos Peter Gancy que había asumido directamente el Comando de lncidencias. Los debates y la toma de decisiones había tratado de descubrir si ese evento, el del colapso era evidente y si se requería de la opinión de los ingenieros de la ciudad. El tiempo apremia y al caer queda claro que todo el sistema de seguridad quedó vulnerado. El Jefe Peter Gancy abandona el Puesto Comando del Incidente y busca que sus bomberos hagan lo mismo. Se resiste como capitán de barco a ponerse a buen recaudó, el dio la orden de ingresar y no se retirará hasta que el último de sus hombres abandone la plaza. La escena se vuelve caótica, el padre del Departamento de Bomberos de Nueva York. El bombero sacerdote Mychal Judge de 68 años le da los Santos óleos a un bombero no identificado. Bomberos de la Escalera 28 y 5 han sido las más afectadas. Ningún bombero de la Escalera 5 ha sobrevivido. Central de comunicaciones en trauma 10:10 AM, Hora local Las operadoras que recibían las llamadas trataban de calmar los ánimos de las víctimas diciéndoles "Esperen por la ayuda, busquen una habitación, cierren la puerta, intenten bloquear el humo y esperen a los equipos de rescate" "No se arriesguen corriendo por pasadizos con humo" Luego la central enmudeció, ninguna llamada fue recibida. La Torre había colapsado y las operadoras empiezan a preguntarse si hicieron bien su trabajo, quizás si hubieran alentado a la gente a abandonar el lugar se hubieran salvado muchas vidas, se preguntan así mismas sin lograr evitar sentirse culpables. Queda claro que nadie anticipó un colapso estructural. 10:38 AM, Hora local Se derrumba la segunda Torre del World Trade Center de Nueva York, la conocida como Norte y la primera que sufrió el atentado. Perece en el cumplimiento de su deber el Padre Judge y el Jefe del Departamento de Bomberos Peter Gancy junto con otros 341 bomberos. Unas 10.000 personas pertenecientes a los equipos de salvamento trabajan en las tareas de primeros auxilios en la base de los rascacielos. Gran parte de la isla de Manhattan queda envuelta bajo una densísima nube de humo y ceniza que asemeja un invierno nuclear. El Distrito del área afectada por la explosión queda acordonado. |
Las Torres colapsarán dejando terror y muerte Para finales de setiembre la policía maneja la cifra de 4,979 desaparecidos. Son 343 bomberos los que han perecido en el cumplimiento del deber Los bomberos de la Escalera 5 son los más afectados. Ningún bombero de la unidad sobrevive, similar suerte pasan los bomberos de la Escalera 24 Algunos bomberos sobrevivientes llamarán desde sus radios, lamentablemnete no serán rescatados a tiempo Unos 10,000 hombres se involucran en las tareas de recuperación |
Unidad de Comunicaciones Móvil Una unidad móvil de comando respondió desde Brooklyn. Había sido despachada dentro de los procedimientos normales de emergencia, se encontraba en el túnel de Brookly Battery en el bajo Manhattan cuando ambas Torres colapsaron. Como se sabe el tránsito era caótico, en esos minutos la Autoridad Portuaria temiendo más atentados clausuró los puentes. En ese momento las Torres colapsaron y un manto de nube cubre Manhattan ante la incredulidad de los ciudadanos. La unidad queda desorientada y nadie responde las radios. Su misión era establecer un puente entre la escena y el Centro Comando de Manhattan. Finalmente ubican los equipos ignorando la suerte que han corrido sus compañeros. Ellos presumen que la mayoría ha escapado. |
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Rastreo de Comunicaciones El viernes WERT establece una línea para que las víctimas puedan comunicarse y tener asistencia e información. Muchos ciudadanos entregan los números celulares de las posibles víctimas e intenta hacerse un rastreo, colaboran también Bellsouth y Lucent Technologies. Se pretende también buscar señal electrónica que lleve a las personas que tienen su celular activado. Esta estrategia solo daría resultados si las víctimas se encuentra enterrada a pocos centímetros, finalmente no da resultados tangibles. Los minutos que llegan son quizás los más traumáticos, algunos bomberos llaman desde sus radios pidiendo ayuda "No tengo suficiente oxígeno aquí, vengan rápido" Se afirma que muchas llamadas celulares también corrieron la misma suerte, pasando las horas el silencio reinó. 11.00 AM, Hora local Se ordena la evacuación de todos los edificios federales de Estados Unidos y centenares de heridos colapsan los hospitales de Nueva York, que semeja una zona de guerra. El alcalde de la ciudad, Rudolf Giuliani, pide calma a la población, llama a no salir de las casas y a dirigirse a la parte norte de Manhattan, ya que ha ordenado el cierre completo del área sur de la isla. "Tengo la sensación de que hay un horrendo número de muertos. No lo sé, pero debemos centrarnos ahora en salvar el mayor número de vidas posible", dice. 11.16 AM, Hora local La cadena de televisión CNN reporta que el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades prepara sus equipos para emergencias de bioterrorismo, con el fin de prevenir posibles ataques con armas biológicas. El desconcierto llena el país. Ese día el mundo se vestiría de negro. |
Los bomberos apenas creen lo que ven sus ojos. 343 bomberos han muerto, la mayoría esta desaparecido. Los entierros sin ataud serán comunes. Retomar el comando tardará varios minutos. El Jefe de bomberos Peter Gancy murió en la puerta de la Torre Norte tratando de retirar a sus hombres. El nuevo Comando pasa revista de los Jefes de Batallón. Se busca organizarlos y que ellos a su vez organicen a sus hombres. Lamentablemente 20 están desaparecidos. Los bomberos quedan sin equipos con el cual responder. Se necesitará recomprar millones de dólares en equipos |
Conclusiones finales: Hace unos años, con poca suerte, sostuve la necesidad de hacer una reingeniería en los servicios de emergencia. Expuse ante varios profesionales encargados de la Planificación de Emergencias de los EE.UU. que sí frente a un incidente de fuego llamamos a los bomberos, en un incidente criminal la central de emergencia despacha a la policía, frente a una crisis médica delegamos ambulancias y si frente a un derrame de ácido habíamos aprendido que era necesario enviar equipos especiales para emergencias con materiales peligrosos, entonces necesitamos una nueva concepción de equipos especiales para atender incidentes que sean sospechosos de atentados terroristas. En mi exposición afirmé, que un equipo combinado no basta, es necesario desarrollar una mente estratégica diferente, que mezcle la defensa civil, la inteligencia y la estrategia militar. Los escenarios terroristas son dinámicos y no estáticos como un derrame de petróleo, es por ello imprecindible desarrollar nuevos equipos que protejan las ciudades. Las Torres Gemelas de Nueva York, cuyo nombre oficial es World Trade Center, presidían Nueva York como los edificios más altos de la ciudad desde que fueron inauguradas en 1973. Su localización exacta fue en la Calle Plaza y Church entre la Calle Liberty y Vesey. Sus 110 plantas de altura las elevaban más de 30 metros por encima del resto de edificios de la ciudad, y las convertían en el tercer rascacielo más alto del mundo. Más de 40.000 personas trabajaban a diario en el World Trade Center, que era visitado por 150.000 personas al día. Más de 430 compañías de 28 países tenían oficinas en las torres. El edificio fue construido libre de columnas y su dependencia hacia los marcos exteriores era total. Sin embargo el impacto de los aviones que llevaban más de 24 mil galones de combustible de aviación causó una enorme bola de fuego causando el corte de la resistencia exterior en un ángulo peligroso para la sobrevivencia del edificio. La temperatura debió sobrepasar los 800 Celsius debilitando el armazón de las Torres. Ningún servicio de emergencia pudo anticipar tal desarrollo de acontecimientos. Esta claro que las reglas deberán redefinirse. La decisión "dejar quemar" es una de las más duras de tomar en el Servicio de Incendios y la razón es que va contra nuestras centenarias visiones de combate. Lamentablemente una nueva decisión tendrá que implementarse en situaciones semejantes "dejar morir" Los oficiales de bomberos que revisan el caso saben que de enfrentarse a una situación similar no podrían ordenar el ingreso de hombres. ¿Acaso cada ciudadano estará solo y dependerá de las barreras activas y pasivas para controlar el siniestro?.
Según el
diario el
Comercio de Lima: 1,363 certificados de defunción se han
expedido y se han retirado
hasta el momento 220,000 toneladas de escombros de la zona del
desastre.
Otras fuentes dijeron hasta el cierre de este escrito, que se
habían recuperado hasta el momento 380
cuerpos, 321 de los cuales habían sido ya identificados. Según
la
prensa, algunas empresas han comenzado a dar la cantidad de
desaparecidos
entre sus filas. La más afectada fue la compañía financiera
Cantor
Fitzgerald, con cerca de 700 desaparecidos, los bomberos de
Nueva York
con 343, la aseguradora Marsh and McLennan con 315 y la
aseguradora AON
con 200. Un total de 238 trabajadores y clientes desaparecieron
en el
restaurant Windows of the Word, en los últimos pisos de una de
las Torres. Muchos de esos empleados eran de origen latinoamericano. Las
pérdidas superan los 150 mil millardos de dólares.
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El
terrorismo es como el Ajedrez ¿Por qué falló todo? “Sí usted divulga como piensa iniciar la partida, como utilizará su reina, sus caballos y alfiles, seguro que se quedará sin sus dos torres” . José Musse Torres Viernes, 14 de septiembre de 2001 Hace unos años asistí a varias conferencias sobre terrorismo y respuesta a incidentes con armas de destrucción masiva organizados por la Emergency Information Infrastructure Partnership (EIIP) con el propósito de mantener el debate y un elevado nivel profesional entre los expertos, consultores privados y planificadores de la Agencia Federal de Administración de Emergencias, FEMA por sus siglas en inglés. En mi calidad de director de programas de entrenamiento de bomberos y originario de un país que había sufrido un terrorismo genocida comparable al logrado por Polpot y los Khmeres rojos me resultaba fascinante saber que herramientas podría obtener de tan notable grupo. Aunque las sesiones organizadas versaban sobre los diversos temas que atañen a la defensa civil, muy acertadas y útiles por lo general, las referidas al terrorismo, puedo asegurar descubrieron, en mi opinión, un grupo de facultativos llenos de teorías que, dejaban claro no tener la menor sospecha de lo que era el terrorismo. Su agudeza se basaba en ver mucho CNN, leer sobre la tragedia de la secta davidiana en Waco, saber del atentado del edificio Murray en Oklahoma y el atentado bomba en el World Trade Center y estar además, sazonados con bastante autosuficiencia y presunción para no descubrir que había mucho que ilustrarse de otras naciones, algunas de ellas muy meñiques. El curso “Respuesta a Emergencias de Terrorismo” desarrollado en conjunto por la Agencia Federal de Administración de Emergencias, la Administración de Incendios de EE.UU. y la Academia Nacional de Bomberos en junio de 1999, no es otra cosa que un abstracto de definiciones y roles. Debo insistir en la dañosa figura estática. Lo peor de todo es el capítulo de autoprotección, solo se limita a mencionar el equipo de protección que debe usar el bombero. No hay una definición clara sobre la posibilidad de ser saboteados durante las operaciones de recuperación. El terrorista es dinámicoLa concepción que se tenía es que producido un incidente, se deberían desplegar de tal y cual forma los recursos. Si un rebaño extremista usaba armas biológicas, entonces debían activarse tales recursos. Lo primero que cuestione era que los actos de terror no son incendios, fugas de gas o derrames de petróleos que carecen de mente y reacción, qué, a diferencia de una emergencia regular, una vez ocurrida, uno arriba a la escena y despliega sus recursos tratando de realizar una evaluación convencional. Es decir, si arde el octavo piso, seguramente le seguirá el noveno y décimo. Por el contrario, enfrentar el terrorismo es como jugar al ajedrez, uno mueve una pieza y este contrincante responderá con otra jugarreta, es decir; es un suceso interactivo, inteligente, táctico. Hay competencia por ganar la partida, el contrincante hará lo que crea necesario para lograr ventaja y sacarnos fuera de juego. Es por antonomasia un jugador tramposo, que no aceptará las reglas humanitarias.Cualquier bombero en Lima, Bogota, Beirut, Madrid sabe que recibida una alarma de cualquier índole debe estar atento a engañifas y operaciones encubiertas que se ensamblan en el mismo lugar. Los hidrantes contra incendio llevan bombas “cazabobos”, es posible que dejen explosivos en la misma rueda de una ambulancia, las válvulas de agua de la red pública sean selladas con cemento, se ejecuten disparos, escalera de bomberos sembrada con granadas de guerra en un momento en que alguien atravesó la línea de fuego o infiltrados que se visten de bomberos, policías y otros elementos que interfieran las comunicaciones, ordenes, etc. Siempre es necesario actuar bajo el entendido que entre la muchedumbre o en los edificios cercanos hay grupos que seguirán maniobrando, actuando, entorpeciendo y sí puede eliminarnos para que el escenario sea más grave aún. En noviembre de 1998 me quedó claro la vulnerabilidad del sistema norteamericano, durante la conferencia "Senior Officials' Workshop: Preparedness and Response for Terrorist Incident” intervine con una pregunta sobre lo que acabo de exponer ¿Es posible que esta información al ser abierta pueda ser usada contra el propio sistema por un grupo terrorista? Dennis Hickethier, Especialista en Educación del Instituto de Administración de Emergencias de Maryland me respondió: No más que cualquiera otra persona. Esta información es pública. Si usted divulga como piensa iniciar la partida, como utilizará su reina, sus caballos, peones y alfiles, seguro que se quedará sin sus dos torres. El talento que encontré entre los funcionarios del FEMA es amplio y adecuado, pero es protocolar y de ejecutar procedimientos, desplegar equipos, recursos y expandir o contraer organigramas. Ese desorden de sabor latino, nos salva de ser tan rígidos y por lo mismo predecibles. Con el sistema americano y europeo hasta se puede predecir en donde se ubicará el Comandante de Incidencias y por tanto, dinamitarlo si se quiere. El impacto de un primer avión era un infortunio, el del segundo descubría algo maléfico, no concebir que todo el escenario corría riesgo de sufrir un tercer impacto o evento, que pudieran haberse sembrado más bombas o artimañas que actuaran contra los rescatadores era actuar sin mente estratégica. Los terroristas no solo imaginaron y consideraron qué aviones, dimensiones, cargas, alturas, velocidades, punto y ángulo de impacto eran necesarios para que se avale la precipitación de las Torres Gemelas, se aseguraron que estuvieran las cámaras y todos los equipos de emergencia posibles para aniquilarlos. Murió con ellos Peter Ganci, Jefe de Bomberos de Nueva York. Fue una jugada canallesca, pero maestra, endemoniada pero fascinadora por la cantidad de estimaciones y ventajas que lograron frente a una súper potencia. Fue posible gracias a un estilo de vida, a ser una sociedad abierta, de sobra despejada. El presidente George W. Bush debe corregir esto, los servicios de emergencia también. Ahora viene el terrorismo hormigaCerca de trescientos bomberos y un número no determinado de policías esta muerto o desaparecido. Todo el sistema de respuesta a emergencia ha sido afectado. Vulnerado y colapsado. Efecto que va desde el impacto emocional de los equipos de primera respuesta hasta la practicidad de poder resistir nuevos siniestros. Esta claro que los genocidas han logrado todos sus empeños y que tienen todos los instrumentos para seguir operando. Ahora que los principales actores han muerto en operaciones Kamikazes, el turno es de los actores secundarios mientras los de reparto están refugiados al parecer en Afganistán. ¿Qué harán ahora los actores secundarios? Simple, llamar y llamar por teléfono y notar de cuanto ultimátum de bomba se les pueda ocurrir. Hay un efecto multiplicador, todo maniaco y antiamericano hará lo ajustado, por iniciativa y sin necesidad de tener comunicación satelital con el saudita amante de la muerte, Osama Bin Laden. El 15 de julio de 1998 la doctora Annemarie Scarisbrick-Hauser, Directora Asociada del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Akron en Ohio dictó otra imprescindible conferencia "Terrorismo: ¿Estamos nosotros preparados?" A lo que me atrevo a responder, cuatro años después, definitivamente no. |
Sunday, October 21, 2012
Análisis del Incidente al World Trade Center, 9/11/2001 - New York
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