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Los cinturones de Van Allen son ciertas zonas de la magnetosfera terrestre donde se concentran las partículas cargadas. Son llamados así en honor de su descubridor: James Van Allen. Fueron descubiertos gracias al lanzamiento del satélite estadounidense Explorer 1, que fue en principio un fracaso debido a su forma alargada, que, junto con un sistema de control mal diseñado, entorpeció el ajuste a la órbita.Estos cinturones son áreas en forma de anillo de superficie toroidal en las que protones y electrones se mueven en espiral en gran cantidad entre los polos magnéticos del planeta.
Hay dos cinturones de Van Allen:
- El cinturón interior se extiende desde unos 1.000 km por encima de la superficie de la Tierra hasta más allá de los 5.000.
- El cinturón exterior, que se extiende desde unos 15.000 km hasta unos 20.000 km, no afecta a satélites de órbitas altas/medias, como pueden ser los geoestacionarios, situados a unos 35.000 km de altitud.
Una región del cinturón interior, conocida como Anomalía del Atlántico Sur (SAA), se extiende a órbitas bajas y es peligrosa para las naves y los satélites artificiales que la atraviesen, pues tanto los equipos electrónicos como los seres humanos pueden verse perjudicados por la radiación.
Estos cinturones de radiación se originan por el intenso campo magnético de la Tierra que es producto de su rotación. Ese campo atrapa partículas cargadas (plasma) provenientes del Sol (viento solar), así como partículas cargadas que se generan por interacción de la atmósfera terrestre con la radiación cósmica y la radiación solar de alta energía.
Estos cinturones, altamente radiactivos, contienen antiprotones, antipartículas de enorme fuerza electromagnética.
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Antiprotones en los Cinturones de Van Allen
En el 2011, se publicó un artículo en el que se informaba de la detección por medio del módulo satelital PAMELA[1] de un significativo flujo natural de antiprotones, de mayor densidad en la zona de la Anomalía del Atlántico Sur.1Véase también
Enlaces externos
Referencias
- ↑ Adriani; Barbarino; Bellotti; Boezio; Bogomolov; Bongi; Bonvicini; Borisov et ál. (2011). «The Discovery of Geomagnetically Trapped Cosmic-ray Antiprotons». (El hallazgo de antiprotones de los rayos cósmicos atrapados por el geomagnetismo). iopscience. doi: .
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