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Las erupciones de los últimos días, que ayer se dejaron notar en la Tierra, irán en aumento en los próximos meses
Día 26/01/2012 - 09.34h
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Tal
como estaba previsto, una densa nube de materia solar golpeó ayer a la
Tierra, alcanzó su máxima intensidad hacia las tres de la tarde (hora
española) e hizo notar sus efectos en una buena parte del mundo, especialmente en el hemisferio norte. Varios vuelos que debían sobrevolar el Ártico fueron desviados para evitar el exceso de radiación.
Las auroras boreales fueron más intensas que nunca y pudieron verse
incluso sobre Escocia, mucho más al sur de lo habitual. Las principales
agencias espaciales seguían pendientes anoche de posibles fallos en ordenadores y sistemas de comunicaciones de los cientos de satélites que orbitan a la Tierra.
Los
efectos de esta tormenta solar de clase M8,7 (las hay A, B, C, M y X,
letras a las que sigue un número del 1 al 9), seguirán notándose durante
todo el día de hoy, aunque no se esperan daños de consideración, pese a ser la más intensa desde 2005.
Pero lo peor podría estar por llegar. En los últimos siete días, las
manchas solares 1401 y 1402 han desplegado una inusitada actividad. De
hecho, han ocasionado hasta tres llamaradas solares, cada una más fuerte
que la anterior. La primera alcanzó Venus el pasado día 17 y, literalmente, le arrancó una pequeña parte de su atmósfera. Era de clase C6, es decir, mediana. La segunda, de clase M3, fue lanzada contra la Tierra
y nos alcanzó el pasado fin de semana sin mayores consecuencias, ya que
fue desviada por el «escudo natural» de nuestro planeta, la
magnetosfera. La de ayer y hoy, la más fuerte de las tres, ha sido de
clase M8,7 y estamos aún bajo sus efectos.
Por supuesto, no se descarta que en los próximos días las manchas 1401 y 1402
produzcan nuevas erupciones solares, incluso más intensas. Y es
prácticamente seguro, además, que futuras manchas producirán numerosos
eventos de este tipo durante los próximos meses. De hecho, estamos
entrando en la fase de máxima actividad del presente ciclo solar.
La actividad del Sol aumenta y disminuye en periodos de once años
Mayor actividad solar
Venimos,
además, de un ciclo (el 23) durante el cual el Sol estuvo inusualmente
«tranquilo». La fase mínima de ese ciclo, en efecto, fue anormalmente
larga y se prolongó durante años. Años en los que, sin embargo, la
dependencia de las sociedades industrializadas de las redes de
comunicaciones, la informática y la telefonía móvil no ha dejado de
aumentar. Si el ciclo actual es, como parece que será, notablemente
intenso, la humanidad «tecno-dependiente» se enfrentará por primera vez a un periodo de intensa actividad solar. Algo que podría tener consecuencias nefastas para nuestra forma de vida si no se toman las medidas oportunas.
Ya
a finales de los 80, una tormenta solar quemó varias centrales
canadienses, dejando sin energía a un tercio del país. La mayor tormenta
de la que se tiene noticia sucedió en 1859 y se conoce como «Evento Carrington».
En aquel tiempo, el único sistema eléctrico ampliamente extendido era
la red de telégrafos, que quedó colapsada. Paradójicamente, si sucediera
ahora, sería la primera catástrofe natural que afectara solo al primer
mundo, ya que apenas se notaría en las sociedades poco industrializadas
pero resultaría devastadora para las más avanzadas tecnológicamente.
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