Thursday, March 07, 2013

DIBUJANDO EL MAPA...

AGUILAS LIBERTARIAS COLECTIVO DE POESIA. REVISTA LIBRE Y TOLERANTE.



* Yo en estos últimos meses he venido dándole vueltas a un concepto que se me ocurrió viendo la realidad socio-cultural en Chile, la Hiperdictadura, es decir, un insterticio que surge a partir del 2000 o 2001 en el cual se inaugura una campaña por la vigilancia y la seguridad, que en términos reales, es una herramienta de control total y de represión legal. Es decir, a los aparatos policiales se les triplican los presupuestos, se les entrega una enmienda constitucional que les permite violar la correspondencia privada, allanar una casa sin permiso judicial, la detención por sospecha, la aplicación de la ley antiterrorista a "enemigos del estado", y muchas acciones más en las cuales sólo veo una maniobra dentro de los marcos democráticos para controlar y efectuar represión. La postdictadura la veo como lo que ocurrió en los noventa, la consolidación del mercado como arma de regulación social y como distractivo a las deudas políticas y éticas de la dictadura. Entonces así veo un continuum desde 1973 hasta ahora, son los mismos rostros, los mismos apellidos, las mismas instituciones con distinto nombre, y en aras de un fascismo global. Es por eso que en cierta poesía que vengo viendo desde el 2000, o la novísima, es una poética colectiva de desacato, de protesta, a estos nuevas microdictaduras, donde la xenofobia, la homofobia, el racismo y clasismo, son los nuevos ethos que la sociedad de consumo impone libremente en los medios. Siendo esto así, veo estas obras como una herramienta de denuncia contra la hiperdictadura, como un arma simbólica, que apela a nuevos valores como la libertad delirante o la ternura como construcción política.
** No veo un proceso de quiebre en la ideología fascista que va desde el Golpe de Estado hasta hoy en día, sólo se ha legalizado una apariencia de libertades, pero en términos jurídicos la Constitución de Pinochet sigue siendo la misma. Estuve hace algunos días en la Feria del Libro de la Habana y en conversaciones vi como muchos personajes de la izquierda dura celebraban su valentía, su gesto heroico, de como dieron su vida, pero uno ve el Chile de hoy y no queda más que el plop. La Revolución de Derecha que se ha legalizado desde 1973 hasta ahora es innegable, pero ellos no lo entienden, no quieren preguntas a la historia, como me lo hizo saber cierto polifemo narrador chileno. Valoro mucho el trabajo que se hizo en contra de la dictadura, pero fue nulo, no se ganó ninguna batalla, fue una derrota total. Es por eso que hoy veo como puede surgir un proceso real, y que vea este triple movimiento del fascismo global (dictadura militar, postdictadura e hiperdictadura) para que se genere una acción interdisciplaria, cooperativa, social, y de allí que algunas de las nuevas literaturas estén leyendo esa noción amorfa y mezquina de 'protesta' que se manejó, para construir una de 'propuesta'. Por ahí veo nuevas posturas políticas, con nuevas memorias inclusivas, nuevos sueños sociales, nuevas utopías latinoamericanas.
*** Creo que estas nuevas poéticas trabajan la violencia como una forma de iluminación al lector, a ese lector pasivo, burgués, cómodo y temeroso. No se le tiene miedo a él, y por tal esa escritura se pretende como una estética de la violencia, de la violación, tanto del canon, como del propio género poético. La crueldad es la del sistema, que ridiculiza a la literatura como una pasatiempo banal, de autoayuda, de entretenimiento, por eso que uno apela a ciertos márgenes coyunturales para develar con la obra ciertas voces, cuerpos, discursos y territorios negados por la mesura, la economía del lenguaje, la concisión, la pulcritud, es decir, el miedo.
**** La postdictadura para mí es lo que se ha llamado la generación del 90, la cual se sumió en un silencio cómplice de la historia, se escondió en la literatosidad de la academia, y de ahí no salió. Perdió su contacto con la gente, con la calle, con la contingencia de su momento. Blanqueo total. Basta leer a poetas como Rafael Rubio, David Bustos y todo ese corpus de capilla, que con su silencio fueron parte de esta dictadura civil, de poeta civil como les gusta decir ahora y desentenderse de lo que significa arriesgar la vida en cada poema. He venido diciendo lo mismo desde hace diez años, los he venido ‘sapeando’ desde que los conocí: El arte cómplice, el fascismo civil, y no militar.

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