Estaba esperando el avión. Miré en el cartelito y, una vez más, un retraso. En fin… ya me había leído el periódico 6 veces, había repasado las notas de la reunión 10 veces más, me había tomado 2 cafés y 2 manzanillas. Miraba el techo, hacía cálculos de la distancia que había entre la puerta del lavabo y la del kiosko contando baldosas y cuando ya estaba a punto de comprar un kilo de arroz para contar los granitos, vi a lo lejos a mi amigo Truman Quevedo, el escritor.
- ¡Hoooooombre!… ¡Cuánto tiempo!, ¿cómo estás?, ¿y tu mujer? y ¿tu hijo recién nacido?, ¿cómo va tu novela?, ¿a ver cuándo hacemos otra barbacoa?… ya no tenía más aire para continuar agobiándolo.
- Pues bien…, vengo de una reunión con el editor y ya sabes…
- ¡Vaya! ¿Qué te ha pasado?
- Bueno, pues como siempre no tenemos datos de las unidades vendidas y…
- ¿Pero no cobras derechos por unidad vendida?
- Debería.
- ¿Y…?
- Pues nos pagan una pequeña cantidad al empezar a escribir y luego perdemos el control de nuestra obra. No disponemos de información sobre las ventas y como tenemos los derechos cedidos y ni tan siquiera podemos venderla por canales alternativos.
- Y esto… ¿tiene que ver con lo de los derechos de autor e Internet?
- Pues verás, no mucho. No olvides que del precio de un libro en la inmensa mayoría de los casos el autor solo recibe un 10%, el resto se divide entre los costes de impresión, la editorial y el minorista.
- ¡Ahhh!, o sea , ¿que el 90% de los derechos de autor no son del autor?
- Bueno, no es exacto, pero sí.
- Hay cosas que me cuestan de entender. Veamos, se están llenando ríos de tinta diciendo que si nos descargamos, música, contenidos etc. gratuitos, nos cargamos la industria cultural por que los autores necesitan cobrar… Pero, ¡si apenas cobráis con el sistema establecido!
- Aha, además, si no eres un top tampoco promocionan tu obra, por lo tanto, es prácticamente imposible que vendas muchas unidades, y por consiguiente, te pasa lo mismo en la próxima novela y por tanto sería un milagro romper esa dinámica.
- Pues tal y como me lo pones, a ti te podría interesar mayor difusión de tu obra de forma sencilla y barata, así vendes más y te das a conocer.
- Pues sí.
- ¿Sabes qué, Truman seamos creativos y hagamos un poco de marketing?
- ¿Qué?
- ¿Ves el cartel de Phone móvil?
- Sí
- Pues desde el cartel nos podríamos descargar tu libro
DESARROLLO DE LA IDEA.
Vamos a suponer que los Sres de Phone Movil tienen un target group afín al de tu estilo, y que ellos están interesados en:
- A/ que la gente mire su cartel
- B /asociar los valores de su marca al de la difusión de la cultura y promoción de nuevos talentos
-Eso es bastante razonable.
-Pues es muy sencillo. Firmas un contrato con ellos, que te paguen X€ por la cesión de tu obra, o durante la duración de la campaña, p.ej 3 meses. Durante este tiempo ponemos un BIDI en cada unos de los carteles y demás piezas publicitarias y, solo escaneando el BIDI, ya me descargo tu novela.
-Quizá sería aún más interesante que creara un texto para la ocasión, por ejemplo un micro-relato. Creo que los autores debemos crear nuevos formatos adecuados a los nuevos tiempos – dice Truman-.
-Fantástico, aún mejor. Tú, te remuneras por tu trabajo y es probable que te conozca mucha más gente y, por lo tanto, si tu obra es buena, es probable que muchos lectores se hagan seguidores tuyos de Facebook y twitter.
Ya sé que acostumbráis a remuneraros por descargas, pero quizá también se puede explorar la formula de la cesión por tiempo (son fórmulas complementarias y creo que el e-comerce nos permite experimentar).
También podemos hablar con los Sres. de los teatros, museos, Bibliotecas, cafés de tertulias … Impriman un BIDI con la entrada o en el ticket.
En fin, a alguien le debe de interesar. Yo, hasta que te encontrado, estaba ansiando el poder consumir algo de cultura.
Alex Osés
Xenesis
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