Así
es. Instagram, la famosa aplicación número 1 en filtros para smartphone
ha sido golpeada ante la ley con una demanda hacia la empresa Facebook
(Red Social que compró la aplicación y al Instagram Team). Todo ocurrió
el pasado viernes, un usuario de Instagram de California apuntó a un
incumplimiento de contrato y otros cargos contra la compañía. "Nosotros
creemos que esta queja carece de mérito y la combatiremos de forma
vigorosa", dijo el portavoz de Facebook Andrew Noyes en un correo
electrónico. Generó bastante sospechas que Instagram cambiase sus
términos de servicio al anunciar que podría vender las fotos de los usuarios que colgasen a la aplicación y sin darles compensación económica alguna.
Los actuales términos del servicio, en vigencia hasta mediados de
enero, no contienen tales protecciones. La reacción provocó que el
fundador de Instagram y presidente ejecutivo Kevin Systrom se retractara
parcialmente unos días más tarde, borrando el texto sobre la
visualización de fotos sin una compensación. También mantuvo la cláusula
de arbitraje obligatoria. La demanda, presentada por la firma de
abogados Finkelstein & Krinsk, de San Diego, recoge que los clientes
que no están de acuerdo con las condiciones de Instagram pueden
cancelar su perfil, pero entonces pierden sus derechos a las fotos que
compartieron anteriormente en el servicios. Sin duda alguna el sistema
de filtros está en una buena encrucijada legal.
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