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11 septiembre 2007 La cirugía estética no tiene límites, supongo yo que es porque la demanda tampoco los tiene.La última moda es hacerse arreglos en las partes íntimas, y no por necesidad, precisamente. Rejuvenecimiento de genitales, vaginoplastia (estrechamiento del canal de la vagina en mujeres que han tenido varios partos), labioplastia (reducción de labios menores), recuperación de la virginidad, aumento del punto G… Todo esto se hace por tener unos genitales de diseño, lo mismo que te operas de la nariz o te pones tetas nuevas.
Lo que yo conocía es la recuperación de la virginidad, pero no por mí, que bien perdida la tengo, sino porque tengo un amigo que se dedica a fabricar y vender material de estética y tenía piel de cabra para hacer hímenes, que luego vendía a un médico francés, que se lo colocaba a un montón de chicas de Marruecos antes de ir a su país a casarse con la telilla puesta.
El rejuvenecimiento de la vagina arrancó en Estados Unidos para embellecer el aspecto de la vulva y la entrada y mejorar la elasticidad, aquí es también una de las operaciones más solicitadas, como lo es la labioplastia.
“Tener unos labios menores demasiado prominentes traumatiza a muchas jóvenes. Les molestan si usan prendas ajustadas y, en ocasiones se interponen durante el coito”, dice Antonio Porcuna, un cirujano que reconoce resultados más discutibles en otras intervenciones como el relleno de los labios mayores o del punto G con ácido hialurónico para realzarlos.
Por lo visto, la cirugía íntima devuelve el placer sexual al 95% de las mujeres tratadas. Eso dicen quienes las operan.
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