Meditación del Día.

"Los dos ángeles llegaron a Sodoma por la tarde. Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma, como él los vio, se levantó a recibirlos y se postró rostro en tierra, y dijo: «Señores, por favor vengan a casa de su siervo a parar esta noche, y laven sus pies, y mañana por la mañana se levantaran temprano y seguirán su camino" (Génesis 19:1-3)
			LEJOS DE SODOMA (I)
			En todas las épocas, los hombres se han esforzado por perseguir sueños y ambiciones más y más altos, para conseguir objetivos cada vez más ambiciosos, y lograr metas más lejanas. Sin embargo, en medio de este movimiento frenético de la investigación y el conocimiento, siempre ha habido algo que la gente ha olvidado de conocer, y por eso Dios se ha convertido para la humanidad en el "gran desconocido, la entidad misteriosa" relegado en su ermita inaccesible a la investigación humana, y esta supuesta falta de comunicación entre Dios y los hombres, se ha convertido en una excusa muy conveniente para justificar o incluso aprobar su conducta perversa y malvada. Sodoma es el emblema de la sociedad corrupta de todos los tiempos, y en sus habitantes se identifica toda la humanidad sorda a todas las llamadas y advertencia divina. Por desgracia, aun el mismo Lot se fue acostumbrando a los hábitos de la ciudad perversa, como lo demuestra el hecho de que él estuviera a la puerta de la ciudad, lugar habitual de reunión, de los ancianos del lugar y el centro neurálgico de las actividades de la ciudad. Pero Dios le ofreció una salida.