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Chad Kellogg aporta nuevos detalles sobre la trifulca del Everest
SORPRENDENTES REVELACIONES
El alpinista
estadounidense ofrece una nueva versión sobre la pelea del C2 del Everest en la
que detalla los ataques y humillaciones recibidos por Ueli Steck, Simone Moro y
Jon Griffith. Además, añade unos interesantes antecedentes al conflicto.
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- Miércoles, 1 de Mayo de 2013 - Actualizado a las 14:46h.
Chad Kellogg y David Gotlieb, en la cumbre del Pangbuk Ri (Col. C. Kellogg)
Chad Kellogg acumula una amplia experiencia en el Everest, donde desde hace años persigue el objetivo de batir el récord de la ascensión más rápida, con dos intentos infructuosos.
Su currículum incluye varias destacadísimas primeras ascensiones, como la del Pangbuk Ri (Nepal), la Black Crystal Arete a la Kitchatna Spire (Alaska), la arista suroeste del Siguniang (China) y la ruta Medicine Buddha a la cara sur del Aconcagua.
Drama a 21.000 pies
Quiero decir que hubo cuatro o cinco hombres responsables de este desafortunado incidente en el campo 2. Como no conozco sus nombres, he usado el término ‘sherpas’ para referirme a la muchedumbre que se alzó contra Ueli Steck, Simone Moro y Jonathan Griffith. Sin embargo, no quiero de ningún modo distorsionar la imagen de la comunidad sherpa a la que he llegado a amar durante los últimos 15 años de viajes a Nepal, compartiendo aventuras con su gente. Esta es la única excepción en un pueblo feliz y cariñoso, lleno de generosidad y bondad. Trabajaré duro para reestablecer conexiones con mis amigos sherpas e intentar reparar cualquier tipo de conexión que se haya perdido entre quienes llaman hogar a Nepal y aquellos de nosotros que venimos a disfrutar de la experiencia del Himalaya.Antecedentes
A las 5:15 h del 26 de abril, nos reunimos en el campamento de IMG a 21.500 pies (6.550 m) y añadimos dos sherpas y 400 metros de cuerda. El plan era fijar cuerdas todo el camino hasta el campo 3, a través de la ruta de 1953.
Salimos hacia la base de la pared del Lhotse, alcanzando el terreno técnico dos horas y media más tarde. Me quito mi traje de plumas con la llegada del sol, preparo mis tornillos de hielo y me ato a la cuerda estática de 10 mm. Fijé los primeros 40 metros y había salido con 60 metros de cuerda. Damián Benegas y yo estábamos seguros que la ruta saldría, así que Damián pide al resto de sherpas que traigan más cuerda.
Después de cuatro horas de escalada y de haber fijado 300 metros, llegué a un impasse. Había una enorme y amenazante grieta delante de la ruta. La grieta tenía 60 pies (18 m) de ancho y 150 pies (45 m) de profundidad. La ruta había llegado a un callejón sin salida. Comuniqué a Rory Stark y Damián que la ruta era un callejón sin salida. Teníamos que mandar a todos abajo y limpiar las cuerdas y tornillos. Habíamos desperdiciado un día de nuestros esfuerzos. Cuando nos hicimos cargo de ello, nos sobrevino una buena decepción. Rory y yo quitamos los tornillos y rapelamos la pared, reuniéndonos con Damián más abajo. Los sherpas se limitaron a bajar rápidamente y nos dejaron para que nos las arregláramos por nosotros mismos, así que enrollamos 400 metros de cuerda, recogimos el material y llenamos nuestros petates con 50 libras (23 kg) de material y cuerda para llevarlo todo de nuevo abajo. Nos tomamos un breve descanso para comer, beber y rejuvenecernos.
La razón por la que habíamos elegido esta línea para la ruta fue debido a los múltiples heridos que hubo en la ruta normal por la pared del Lhotse el año pasado. Después de aquello, Damián, otros siete alpinistas y yo encontramos esta ruta más segura a finales de mayo de 2012 y esperábamos usarla este año otra vez. Por desgracia no pudo ser.
Cuando llegamos al campo 2, había muchas quejas entre los sherpas sobre que habíamos malgastado un día. Ellos habían querido fijar las líneas hasta el campo 3 sin los “ojos blancos”, o mikaru, como los extranjeros somos conocidos. Nos dimos cuenta de que fijar las líneas es una cuestión de orgullo nacional para los sherpas. Nos paramos en IMG para tomar unas tazas de zumo y hablar con los guías y el equipo. Les explicamos lo que habíamos intentado y los obstáculos infranqueables con los que habíamos tropezado. Nos felicitaron por nuestro esfuerzo y nos resignamos a tomar un día de descanso y dejar que el equipo de 18 sherpas fijaran las líneas hasta el campo 3. Observé que las tensiones entre los sherpas del equipo de fijación eran altas.
Todos estábamos cansados cuando regresamos al campamento de Benegas Brothers. Habíamos invertido nueve horas y media de esfuerzo que no resultó en ningún progreso en la ruta y contrarió al equipo de sherpas de otros campamentos. Comentamos los sucesos de la jornada durante la cena y confirmamos nuestros planes de descansar una jornada y después llevar una carga hasta el campo 3 el día 28. No tuve el placer de ver la luna llena, pero creo que todos sentíamos sus efectos.
La mañana siguiente amaneció clara y un poco ventosa. Rory, Damián y yo descansamos mientras los dos clientes hacían una caminata con Horacio hasta la base de la pared del Lhotse. Miré a los equipos de fijación empezando a encordar dos líneas en la pared. Una era la línea de subida y la otra, la línea de bajada. Me recosté dentro de la tienda protegiéndome la cara del severo reflejo del sol a 21.500 pies. Pasamos la mañana riendo e hidratándonos. Dos horas más tarde, me di cuenta de que había una cordada en la nieve, a la izquierda del equipo de fijadores. “¿Quiénes son?”, me pregunté. Resultaron ser Ueli Steck, Simone Moro y Jonathan Griffith, el cámara. Estaban escalando para montar el campo 3 sin molestar al equipo que fijaba.
Me reuní con Ueli, Simone, Melissa Arnot y Jonathan para tener los datos correctos:
Justo por debajo del campo 3, volvieron a la línea original y cruzaron las cuerdas fijas con cuidado. Ueli se aseguró de que Jon no desplazara nada de hielo y de que ninguno tocara las líneas fijas. Aparentemente, la confrontación empezó en aquel momento. Un sherpa empezó a blandir un piolet ante Simone y él lo insultó, ofendiéndolo más. El equipo de fijadores abandonó sus esfuerzos por ese día y sus 18 integrantes descendieron al campo 2.
Preocupados porque se les pudiera echar la culpa de que las cuerdas no hubieran llegado al campo 3 ese día, Ueli decidió fijar todas las cuerdas guardadas hasta el campo 3, otros 250 metros más arriba. Después de eso, los tres descendieron de nuevo al campo 2.
Melissa me dijo que ella misma salió de su tienda y vio un gran número de sherpas, entre 35 y 75 hombres, dirigiéndose hacia el campamento de Simone, Jonathan y Ueli. Ella estaba más cerca de ellos que la muchedumbre, así que corrió hacia la tienda y les dijo que corrieran hacia el glaciar y se escondieran. Simone y Jonathan llegaron al glaciar, mientras Ueli se quedó atrás.
Ueli dijo que se vio enfrentado a la muchedumbre y fue inmediatamente golpeado en la cabeza por un puño, seguido de una piedra también en la cabeza. Melissa empujó a Ueli dentro de la tienda cocina para protegerlo de la multitud. Los sherpas no golpearían a una mujer así que ella fue su parachoques de protección ante una muchedumbre muy enfadada. Como le era muy difícil hacerse a la idea de lo que pasaba con Simone y Jonathan, Melissa envió a un sherpa del campamento de Simone a traerlo a él y a Jonathan del glaciar. Fueron llevados secretamente a la misma tienda cocina que Ueli y defendidos de la muchedumbre por Melissa y el jefe del campo 2 de IMG. Los hombres prometieron que si Simone salía de rodillas y suplicaba perdón no le harían daño. Simone intentaba salir de la tienda de rodillas cuando fue golpeado y forzado a entrar de nuevo. Un rato más tarde, Melissa pidió a Simone que volviera a salir de rodillas de la tienda y pidiera perdón otra vez. Los instigadores le habían asegurado que no le harían daño. Así, Simone se puso de rodillas para pedir perdón y recibió una patada debajo de la barbilla y alguien intentó apuñalarle con el cuchillo de una navaja multiusos, aunque afortunadamente el cuchillo le golpeó en el cinturón acolchado de la mochila.
Simone se retiró al interior de la tienda de nuevo. Marty Schmidt recordó cuando hablé con él en el campo 2 que vio a un hombre que estaba preparado para arrojarle una gran piedra a la cabeza a Simone, para matarlo. Marty agarró la piedra y el brazo del hombre y gritó “no, no violencia”. Por esta intervención recibió él mismo una pedrada en la cabeza. Marty todavía llevaba el vendaje en la cabeza cuando hablé con él.
Finalmente, la multitud de hombres enfadados se dispersó, prometiendo que si Simone, Jonathan y Ueli estaban allí todavía en una hora volverían y los matarían a los tres. Simone, Jonathan y Ueli partieron por el glaciar principal detrás del campamento y se ocultaron de la vista. No tenían ni tan siquiera una cuerda para protegerse de las grietas que acechan allí como un peligro siempre presente. Aporreados pero con mobilidad, el trío hizo su camino del campo 2 al campo 1 y a través de la Cascada de Hielo hasta el campo base.
Es difícil de creer que todo este incidente pudiera haber empezado a partir de hielo supuestamente tirado sobre algunos sherpas de más abajo por los tres alpinistas europeos. Simone y Ueli fueron acusados de escalar por encima del campo 1 sin disponer de permiso. De hecho, Jonathan tenía permiso para la ruta normal, Simone y Ueli tenían un permiso para la arista oeste y otro para el Lhotse, así que todos estaban en su derecho de ir al campo 3. Las cosas se vuelven muy volátiles cuando tanta gente está enfadada.
Rory, Damián y yo estábamos sentados en la tienda común cuando los rumores se empezaron a filtrar en nuestro campamento. Oímos todo tipo de distorsiones de la historia. Cuando intentamos ir al campamento de IMG para hablar con Greg fuimos disuadidos por un gran grupo de sherpas que estaban en pie fuera del campamento. Así que nos dimos la vuelta y hablamos con Dave Hahn y Seth Waterfall de RMI. El tono fue de tristeza por el asalto que habían sufrido nuestros amigos y la división que parecía respirarse entre sherpas y alpinistas.
Después de un par de horas, hacia las cinco de la tarde, Rory y yo fuimos a hablar con Greg otra vez y tomar el pulso de la situación. Le preguntamos a Greg su opinión sobre subir al campo 3 al día siguiente. Él dijo que, dada la actual situación, sería mejor bajar al campo base y dejar que las cosas se pusieran en orden y se enfriaran unos días.
Los planes están sujetos a cambios por todo tipo de razones. Así que decidimos que la valoración de la situación hecha por Greg era la más precisa y que cortaríamos un poco nuestro progreso con el fin de que la situación se acomodase. Todos los tíos de la tienda común hablamos sobre ello hasta que fue hora de ir a la cama, pero todos estábamos un poco intranquilos. La tensión se palpaba en el aire.
La mañana siguiente todo el mundo se levantó temprano, empacó sus tiendas y bolsas y tiró para abajo. Rory y yo nos mostramos respetuosos ante todos los sherpas y grupos que nos encontramos. Hicimos nuestro camino de vuelta al campo base en dos horas y media y estuvimos contentos de ser recibidos por nuestro amistoso equipo. Era el momento de tumbarnos y ver cómo evolucionaba el drama.
Estábamos todos ansiosos por ver si la justicia se ocuparía del puñado de tíos que habían instigado el asalto de al menos cuatro occidentales y un sherpa. Me pareció que las compañías que daban trabajo a los hombres responsables debían como mínimo despedirlos y sacarlos de la montaña para que la situación no se pudiera repetir.
No voy a comentar acerca de por qué creo yo que esto ha pasado. Sólo sería una opinión y promover el sensacionalismo en lugar de los hechos. Las consecuencias están todavía por producirse. Yo estoy aquí para escalar y eso es lo que aún tengo intención de hacer. El 2 de mayo, Rory y yo subiremos al campo 2 para nuestra segunda rotación. Tenemos intención de permanecer en la montaña durante cuatro noches y alcanzar la parte alta de la Banda Amarilla a 25.300 pies (7.700 m). Estoy seguro de que las cosas continuarán evolucionando, y espero que para mejor.
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