Es complicado de decir, pero a veces hay relaciones dañinas que solo
ocasionan problemas. Es curioso el corazón porque si se pudiera escoger o
decidir fácilmente a quién amar,
tendríamos menos problemas. No es tan fácil para el corazón amar sin ser
correspondido, pero sucede. Aunque en otras ocasiones he dicho, amar es cosa de
dos.
Cuando hay amor verdadero, cuando hay
una amistad genuina esa persona busca el bienestar de la persona amada o
querida. Nada que aprietes, sujetes, ates o aferres con fuerza será
tuyo porque tú lo decides. Porque aún en una relación de amor o de
amistad se necesita libertad y confianza. Porque a veces en nuestro afán
de retener lo único que logramos es alejar.
Pero si una persona no te ama, ¿para qué
amarrarla o sujetarla? ¿Por qué empeñarte en perder el tiempo pensando
que algo cambiará sí ya él o ella te dijo de mil maneras que no eres
prioridad en su vida?.
Si una amistad, novio o persona se empeña en
humillarte, ¿qué te hace pensar que vale la pena mantener una relación
con esa persona que te menosprecia? No vale la pena, dejala y comienza de nuevo.
Hoy es un día perfecto para que no
solamente sueltes la relación con personas dañinas.
Sino que hoy también
es un buen día para que sueltes el desánimo, la tristeza, los viejos
recuerdos que nada componen en tu vida. Deja que la ansiedad, el miedo y
la inseguridad se vayan. Suelta los celos, las iras y las contiendas.
En fin, deja que cualquier cosa que está estorbándote o impidiendo tu
paz y tranquilidad se vaya, no las sujetes más. No retengas lo que no
vale la pena. En cambio ata fuerte a tu vida el amor, la mansedumbre, la
alegría y el deseo por comenzar a hacer nuevas cosas. No ignores a las
personas que en serio se interesan por ti, valóralas, respétalas y
ámalas.
Deja que se vaya todo lo negativo,
permite a Dios obrar en tu corazón. Dale las riendas de tu vida y deja
que poco a poco él coloque las cosas en orden. A veces el proceso es un
poco difícil, es lento, duele mientras tanto, pero luego te sentirás libre y estarás muy bien.
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