Italo Atencio
Tengo
un corazón lleno de amor, carente de unas manos generosas, que hagan
posible curar a este hombre felizmente enfermo en el mundo de su
soledad, viviendo cada día la apodia de aquellas dos máximas de un amor
imposible que siempre nos revela que a veces amamos a quien no nos ama y
por alguna razón desconocida siempre somos amados por quien jamas
podemos amar. Contra esta inefables palabras, antepongo las sabias
palabras de Blanca Cotta que decia: "Donde hay fe hay amor, donde hay
amor hay paz, donde hay paz esta Dios y donde está dios no falta nada".
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