Friday, November 30, 2012

Deuteronomio 33: 1-6

Antes de su muerte, Moisés, hombre de Dios, bendijo así a los israelitas:
«Vino el Señor desde el Sinaí:
    vino sobre su pueblo, como aurora, desde Seír;
resplandeció desde el monte Parán,
    y llegó desde Meribá Cades
    con rayos de luz en su diestra.[a]
Tú eres quien ama a su pueblo;
    todos los *santos están en tu mano.
Por eso siguen tus pasos
    y de ti reciben instrucción.
Es la *ley que nos dio Moisés,
    el tesoro de la asamblea de Jacob.
El Señor era rey sobre Jesurún[b]
    cuando los líderes del pueblo se reunieron,
    junto con las tribus de Israel.
»Que Rubén viva, y que no muera;
    ¡sean innumerables sus hombres!»

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